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Conoce la mente creativa detrás de Calaff Pastries

Con tan solo abrir la puerta se percibe el delicioso aroma a café y bizcocho recién horneado. Miras la vitrina y quedas asombrado al ver la extensa variedad de postres: whoopies de 20 sabores distintos, el clásico bizcocho de cumpleaños, la refrescante charlota y el cremoso cheesecake hecho en casa.

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La decoración de la tienda escogida cautelosamente por su propietaria, Jayleen Calaff, te transporta a un lugar sereno y familiar.

Calaff Pastries es una pastelería  aguadeña que con tan solo dos años de trayectoria, se ha convertido en la favorita de muchos residentes del área oeste debido a su creatividad para desarrollar postres extraordinarios para todo tipo de actividad.

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Su propietaria Jayleen, relató que su sueño desde muy pequeña fue tener un negocio y ser su propia jefa. Su amor por la repostería surgió realizando viajes a los Estados Unidos donde visitó reposterías y quedó fascinada con el ambiente. La joven expresó que luego de la escuela superior decidió matricularse en la Escuela Hotelera de San Juan, recinto de Mayagüez, para estudiar repostería internacional. Sin embargo, sintió la necesidad de complementar sus estudios en repostería con un grado universitario. Por lo que realizó un bachillerato en mercadeo en la Universidad de Puerto Rico recinto de Aguadilla ya que entendía que esta carrera le sería útil al momento de crear su propio negocio.

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Sobre los comienzos de Calaff Pastries, Jayleen indicó que empezó a hornear bizcochos desde su casa para familiares y amigos. Estos la refirieron a otras personas y comenzó a venderlos. Jayleen balanceaba su tiempo entre hornear y su trabajo en un establecimiento de yogurt para poder ahorrar dinero para abrir su propia pastelería. En este empleo conoció la importancia de la preparación, limpieza y organización de una cocina para el éxito de un negocio. Al culminar sus grados universitarios y ver la aceptación de la gente, decidió que ya era hora de convertir su sueño en realidad. Pero la trayectoria para lograr su sueño no fue fácil. Tuvo que orientarse por su cuenta de todos los procedimientos legales para poder abrir su propio negocio. Además, al presentarle la idea de emprender a sus familiares, estos le dijeron que era una idea muy arriesgada. Sin embargo, su esposo Luis Ángel, fue quien le brindó apoyo y soporte desde los comienzos de su nuevo proyecto.

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Acerca del apoyo de su esposo comentó: ¨Mi esposo desde un principio me dijo que si quería mi propio negocio él iba a estar conmigo. Decidimos abrir la tienda y él se dividía entre las labores de la pastelería y su otro trabajo. No fue hasta que estábamos más estables que decidimos que lo correcto era que estuviese conmigo en la tienda a tiempo completo. Ahora él es quien me asiste en todos los procesos de hornear y es el querendón de muchos de nuestros clientes¨.

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El éxito de Calaff Pastries no solo se debe a los postres sino al excelente servicio al cliente que hace sentir a sus visitantes como parte de una gran familia. Jayleen resalta que muchos de sus clientes ahora son personas con las que comparten en su diario vivir.

Por otra parte, la joven emprendedora, añadió: ¨A todo joven que desee tener su propio negocio le exhorto que se arriesgue. En Puerto Rico tenemos muchísimo que ofrecer. Recuerden que con esfuerzo, esmero y dedicación ustedes también pueden llegar a cumplir su sueño¨.

Por Itsamary Cebollero Román para Nova Ave. 

Fotos Suministradas por Jayleen Calaff